jueves, 30 de octubre de 2014

Si le sirvió a uno me alcanza

La empresa donde trabajo se juntó con una ONG y juntos convocaron a quien quisiera sumarse para dar charlas a chicos de los dos últimos años del colegio, con diferentes temáticas. En su mayoría estaban referidas al trabajo que hacemos, a modo de pantallazo. Otras eran genéricas y también se podían proponer nuevas.
Yo, que siempre estoy buscando cosas diferentes para hacer, me sumé. Elegí una charla motivacional, invitándolos a que se escuchen, a que busquen información y apoyo, para que decidan bien.
A pesar de la anticipación de dos meses, terminé de diagramar mi charla la noche anterior. Hola, papá rigor!
Costó juntar a los dos cursos. Me ignoraron absolutamente cuando les pedí que silenciaran sus teléfonos, aclarando que yo lo había hecho al entrar al aula. Algunas caras de acuerdo un par de veces, unas pocas manos apenas levantadas en respuesta a una pregunta simple y silencio casi hasta el final fueron los picos de participación y compromiso que pude lograr. Ah, y cuando les conté que cuando empecé la facultad recién aparecía Internet y Google no existía. Esas caras sí que fueron de sorpresa! Igual, como experiencia, estuvo buena. Y a la profe, muy piola, le pareció interesante el tema y quedó en retomarlo. También el chico de la ONG que participó como observador se copó y me pidió que le pase algunos datos que mencioné.
Si lo haría de nuevo? Sí, seguramente.

4 comentarios:

Sil dijo...

Me gustaría mucho dar algún tipo de clase o charla (suponiendo que pudiera superar los nervios), como decís vos, si aunque sea a uno le sirve, ya me daría por satisfecha, pero me pone terriblemente mal la falta de respeto, y si mientras hablo charlan entre ellos o no me dan bola me frustraría mucho y no podría ni hablar.

Les hubieras contado que cuando ibas al secundario no existían los celulares y sin embargo se iba a clases igual y no era la muerte de nadie.

Un Poco Rara dijo...

Yo también estaba nerviosa al comienzo! Por suerte al ratito de arrancar se me pasó.
Y no, no estuvieron con el telefonito ni hablando entre ellos. Por suerte se mantuvieron en silencio hasta casi el final, donde se dispersaron un poco mientras les repartía unas hojas.
Calculo que con el dato de una Internet en sus albores se asustaron bastante, ja.

Ushka dijo...

Wow! admirable que te hayan quedado ganas. Yo, luego de 5 años de intentar enseñar inglés en un secundario, agarré todas las pizcas y no hacía ni una cucharada.
Ojalá vos logres motivarlos.

Un Poco Rara dijo...

No tuve feedback todavía. No sé si lo tenga. Igual, para mí fue una linda experiencia.
Me quedaron ganas porque lo hice una sola vez. Si se repite será el año que viene. No sé si lo haría habitualmente, no tengo tanta paciencia.